miércoles, 1 de febrero de 2012


Nebot insiste en verificación de espadas de Alfaro porque "a las ministras no les creemos nada"


El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, insistió este miércoles para que las espadas de Eloy Alfaro y Pedro Montero, que se entregaron al gobierno nacional el sábado pasado tras ser robadas del Municipio de la ciudad en 1983, sean devueltas.

Una nueva polémica ha surgido entre los gobiernos nacional y cantonal luego que ayer el presidente de la República, Rafael Correa, se negó a devolver las espadas, argumentando que estarían más seguras en el museo de Montecristi (donde se encuentran) y que el delito de robo, del año 1983, había prescrito.

"Es lamentable que se pretenda justificar el recibir ilegalmente bienes del pueblo de Guayaquil, argumentando  prescripción. Está prescrito el delito de apropiarse de las espadas, pero éstas siguen siendo del pueblo de Guayaquil, por donación de los familiares de Alfaro. Los valores y la ética no prescriben jamás", sostuvo hoy el alcalde, mediante un comunicado.

Además, cuestionó la veracidad de los objetos y dijo que "habrá que establecer, de manera técnica e independiente, la autenticidad de las espadas pues, por obvios motivos,a las ministras (Mireya) Cárdenas (secretaria de Pueblos) y (María) Espinosa (de Patrimonio) no les creemos nada".

Ambas funcionarias defendieron ayer la autenticidad de las dos espadas.

Nebot advirtió que, en caso de confirmarse que son originales, "iniciaremos el procedimiento legal para hacer respetar el derecho de propiedad que, respecto de las espadas, tiene el pueblo de Guayaquil a través de su municipalidad".

Cuestionamientos a Diabluma
Nebot rechazó que el grupo de izquierda, Diabluma, al que calificó como un "insignificante grupillo extraño a Guayaquil", haya presentado ayer una acción de protección para impedir que se coloque en la planchada del barrio Las Peñas, un busto al ex presidente de la República, León Febres-Cordero.

El alcalde lamentó que Diabluma haya llamado "asesino" a LFC y aseveró que "otros odiadores y sectarios, en su momento, hicieron lo mismo con Alfaro, García Moreno, Rocafuerte y Velasco Ibarra. Con ese peregrino criterio, aquí sólo quedaría en pie el monumento al Sagrado Corazón de Jesús", añadió.

Nebot agregó en su comunicado una advertencia: "funcionarios de (Instituto Nacional de) Patrimonio Cultural y mandaderos: ¡dejen de jugar con la historia y los sentimientos del pueblo de Guayaquil, o éste los castigará como se merecen!".

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